La llegada de Salvatore Mancuso a Colombia significa entregar la verdad de sus hechos a la JEP. Los primeros preocupados son los implicados en sus declaraciones ¿Qué pasará después de entregar las pruebas? ¿Quienes temen en el proceso que lo convertiría en gestor de Paz?
Llegó Salvatore Mancuso y la hora de entregar la verdad. El exjefe paramilitar no ha dejado de causar polémica desde su regreso a Colombia y no es para menos, son muchas las pruebas sobre sus declaraciones las que deberá entregar para lograr el objetivo de ser un gestor de paz.
El hecho que pueda ser gestor de paz, ha generado molestia en sectores políticos y en grupos organizados ilegales al margen de la ley como el Clan del Golfo, que de hecho en un comunicado afirmó ser un grupo independiente y, en resumen, rechazaría la intención de Mancuso de lograr estar en una posible conversación en busca de un acuerdo de paz.
La situación no es para menos, Mancuso es acusado por 4093 delitos cometidos en diferentes departamentos. Entre los que se encuentran Córdoba, Antioquia, Meta, Santander y Norte de Santander. Sin descartar que logró operar en el departamento del Atlántico. Luego de someterse a la JEP.
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Los delitos que condenaron a Salvatore Mancuso
Mancuso había sido imputado de los delitos de homicidios, desapariciones forzadas, desplazamientos forzosos, violencia de género y reclutamiento ilícito, entre otros actos cometidos durante su permanencia en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Por esas razones pagó condena en los Estados Unidos.
Mancuso se benefició de la determinación de Justicia y Paz que le otorgó una pena alternativa de ochos años de prisión por su desmovilización. A pesar de haber sido condenado a prisión en Colombia por más de 30 delitos. Además, un informe de la Fiscalía habla de numerosos actos atroces, como las masacres de El Aro, El Salado y Mapiripán, así como en magnicidios y desplazamientos forzados en varios departamentos del país.
La JEP es una verdad limitada, el caso 008 no es suficiente
El proceso de Mancuso ante la JEP es demasiado limitado. Recordemos que el caso 008 habla e investiga crímenes cometidos por la Fuerza Pública, agentes del Estado en asociación con grupos paramilitares o terceros civiles en el conflicto. Por lo tanto, algunos de sus delitos y testimonios no caben allí, además, de que funge únicamente como testigo de los hechos.
Para otros delitos que ameritan reparación y verdad, se supone que existe la Justicia ordinaria y la sala de justicia y paz donde reposan para el exjefe paramilitar 17 delitos.
Otras razones importantes para aclarar porque el caso 008 no es suficiente, es porque muestra un antes de la vida de Salvatore Mancuso como jefe paramilitar. Sin embargo, es después no puede quedar vacío en la jurisdicción. Justamente allí, se evidencian los actuales actores políticos que están gobernando y apoyando a nuevos GAO como resultado a esa labor delincuencial. Hoy son escondidos como BACRIM en la costa Atlántica, cuando en el pasado ocasionaron atentados políticos y laborales en diferentes territorios.
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¿Cuál es el miedo de los revictimizadores?
Mientras que, Mancuso estuvo vinculado al proceso de Justicia y Paz. Por medio de videoconferencia, fiscales de esa jurisdicción continuaron realizando las versiones libres en las que confesó y admitió responsabilidad en cientos de crímenes cometidos por él o los hombres bajo su mando. Fueron imputados ante los tribunales de esa jurisdicción transicional de Bogotá y Barranquilla.
Es por ello, que, ante la existencia de una verdad limitada, es importante reconocer que es el abreboca para decir quienes participaron o siguen participando en la violación criminal de la ley 1448 de 2011 y masacraron ante de la existencia de la ley a otros. Los intereses políticos apuntan que masacres del pasado tanto en la capital de la República como en la ciudad de Barranquilla, deben empezar a tomar el rumbo que amerita.
¿Qué pasa en Bogotá y Barranquilla?
Para la ciudad de Bogotá, entregaremos una «píldora de la memoria». Empezamos con la creación del Bloque Capital atribuido por desmovilizados de las AUC al exvicepresidente, Francisco Santos. Con la apertura de aquel bloque, se habló de la toma de las Universidades Públicas de la costa Atlántico por paramilitares, una verdad limitada por la JEP. Pues en los movimientos estudiantiles entre 2010 y 2014 recibieron amenazas constantes por parte de supuestos estudiantes que, realmente eran veedores de los grupos armados.
Sin embargo, la situación sucedida ante de los años mencionados, ya había dejado varios docentes, estudiantes y líderes sociales asesinados. Otro hecho que contaremos en Noticias La Voz Realities en exclusiva esta semana, es referente a la apropiación de los recursos de la salud, donde en Barranquilla hubo un despido masivo bajo el Decreto 0218 del 12 de septiembre de 2001 de la Alcaldía de Barranquilla. Es decir, ¡Una masacre laboral! todo por culpa del conflicto armado en los territorios.
La oportunidad de Mancuso no puede quedar inconclusa por la JEP
Mancuso tendrá una nueva oportunidad para contribuir en la reparación de las víctimas del conflicto armado. Se espera que, revele información sobre hechos que son desconocidos. Que aporten pruebas que permitan el esclarecimiento de otros de conocimiento público. La JEP debe dejar repetir las versiones que ya contó en diferentes instancias judiciales.
A pesar de ello, existen hechos y casos que no son atendidos. Recordemos que, en otros casos falta la masacre de la prensa. La cual también prepararemos una tutela en contra de la misma JEP. Al no ser atendida la petición con la cual se busca que los periodistas tengamos un papel en los procesos. Es necesaria una reparación especial.
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La oportunidad también será para aquellas víctimas que podrán documentar la verdad. Deberán ser atendida de acuerdo a las declaraciones que entregue Mancuso. El problema no es solamente con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, existen otros revictimizadores que hoy les cambiaron los nombres a las organizaciones criminales. Son mal llamados BACRIM.
La relación de su verdad con el caso de David Char
El caso de David Char, sobrino del Fuad Char y primo del alcalde de Barranquilla, Alejandro Char amerita mucha atención. La compra de votos, y las alianzas que existieron, fueron reveladas por el excongresista ante la JEP. Entendiendo que, ambos en el 2019 se comprometieron a reparar a sus víctimas. Sin embargo, llegó Mancuso y la hora de ver la verdadera cara de la violencia en la costa Atlántica.
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Clan del Golfo no avalo vocería de Paz de Mancuso
Uno de los Grupos Ilegales Organizados y dedicados al Narcotráfico como el Clan del Golfo. Se atrevieron a manifestar públicamente que Mancuso no es avalados por ellos para lograr la paz. Las razones, es que la fuerza que tomaron antes del gobierno del Cambio, el cual la ha ido debilitando, da para negociar sin un intermediario como Salvatore Mancuso. El anuncio fue realizado la semana pasada por alias Jerónimo.
El levantamiento de voz por parte de esta poderosa organización, apoyada en su momento por la Fiscalía General de la Nación, tal como lo denunció con pruebas contundente el periodista Gonzalo Guillen. Da para creer que se sienten fuertes en medio de los golpes dados a la organización.
Su fortaleza puede evidenciarse en la costa caribe del país, la Policía Nacional en ciudades como Cartagena y Barranquilla debería ser los primeros responsables. Por ejemplo, el fin de los Vegas en Barranquilla, es apenas una demostración de que no se tratan de bandas criminales, son el terror en el territorio, la violencia armada organizada. De la misma manera, ya se suman otros en su lugar y un negocio turbio como el narcotráfico donde existen pequeños grupos que disfrazan a toda una organización delincuencial. Esta es una verdad que deberá revelar Salvatore Mancuso.
Síntesis: La verdad de Mancuso es necesaria y la razón de nervios de los entes territoriales es evidente
Los clanes políticos son los primeros preocupados. Entre ellos, Álvaro Uribe, El Clan Char, Francisco Santos, el Clan del Golfo, entre otros.
Desafortunadamente, en el principio de seguridad los vienen escondiendo -¿a quienes?-. Hablamos de aquellos que hoy vienen gobernando, y manejan la costa cobrando muchas vidas. Han reclutando nuevas víctimas e intentando sigilosamente perturbar la intensión de paz del gobierno. Muchos son capturados, como medallitas para demostrar supuestos resultados. Pero los homicidios y masacres, se siguen dando. Un continuismo que genera un delito llamado REVICTIMIZACIÓN.
Este mismo clan, que amerita ser desconectado y deberían pagar por su crimen. Uno que tiene a varios haciendo el trabajo sucio desde que llegan para ser enlaces de las víctimas y silenciarlos psicológicamente. En Barranquilla lo intentaron, a mí me propusieron dejar mí labor periodística, violarme a mí mismo mi derecho constitucional. No lo permití.
El cartel de la revictimización tiene un clan que tiene su mismo nombre
Sin embargo, no se los permití y por ello se les llamo «El Cartel de la revictimización». Con una reina que ha sabido operar bien y que tiene un cargo meritorio pero, que no debería tener. Recordando que, la revictimización es un delito de lesa humanidad.
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A pesar de ello, la historia y el tiempo que transcurre, se demostró que, el Cartel es un Clan. Uno que de hecho incluye a la Rama judicial. Es decir, su labor con la JEP es sólo una parte del verdadero proceso que esto implica. Pero, después de Mancuso, deberán llegar otros, por ejemplo, Jorge 40.