El presidente presentó cifras sobre cobertura, calidad y gratuidad educativa, y advirtió que el país necesita una tributaria progresiva para sostener los logros
Desde la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro rindió cuentas al país sobre los resultados alcanzados en el sector educativo durante su gobierno. El mandatario aseguró que Colombia está reduciendo la brecha entre la educación pública y privada, ampliando el acceso a la universidad y garantizando que la calidad mejore de manera sostenida.
Según el balance, el promedio nacional en las pruebas Saber 11 pasó de 251,7 puntos en 2022 a 255,3 en 2024, mientras que los colegios públicos tuvieron un crecimiento más notable: de 243,6 a 248,4 en el mismo periodo. Esto, dijo, permitió reducir la diferencia con los colegios privados de 35 puntos en 2021 a 27 en 2024.
El jefe de Estado también resaltó la apertura de 190.000 nuevos cupos universitarios en instituciones públicas y la consolidación de políticas de gratuidad que benefician a millones de estudiantes.
“La educación pública mejoró más que la privada y, al mismo tiempo, redujimos desigualdades sin perjudicar al sector privado”, afirmó Petro, al insistir en que la educación debe ser entendida como derecho y no como privilegio
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Reforma tributaria y sostenibilidad de las políticas
El mandatario vinculó estos resultados con la necesidad de una reforma tributaria progresiva, argumentando que negar dicha iniciativa sería llevar al país a un “abismo fiscal” que pondría en riesgo la continuidad de los programas sociales.
En medio de su discurso, también pidió una investigación exhaustiva sobre el caso de Valeria Afanador, la menor fallecida en Cajicá, advirtiendo que la tragedia podría estar relacionada con intereses privados que priorizaron las ganancias sobre la seguridad de los niños.
Debate público y reacciones
Las declaraciones generaron reacciones inmediatas. La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, cuestionó al presidente tras señalar presuntas irregularidades en el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Según Toro, el mandatario presentó cifras equivocadas y lo instó a informarse mejor antes de emitir juicios.
Educación como bandera y la tributaria como reto
El discurso del Presidente, Gustavo Petro confirma que la educación es el eje central de su narrativa política. Las cifras sobre pruebas Saber y nuevos cupos universitarios se presentan como evidencia de un cambio estructural en el sistema, aunque su alcance aún es limitado frente a la magnitud de los desafíos educativos del país.
Al ligar estos avances con la reforma tributaria, el mandatario busca legitimar la necesidad de mayores ingresos fiscales en clave de justicia social. En su lógica, los logros en cobertura y calidad educativa solo se sostendrán si el país cuenta con un sistema tributario robusto que redistribuya la riqueza.
Sin embargo, el discurso también deja ver tensiones. Las críticas de autoridades regionales como Dilian Toro muestran que el relato presidencial no está exento de controversias y que el escrutinio público sigue siendo un contrapeso esencial. Además, la mención al caso de Valeria Afanador introduce una dimensión ética y simbólica que busca reforzar el carácter humano de sus políticas, pero que también abre debates sobre responsabilidades estatales en la protección de la niñez.
En conclusión, la alocución no fue solo un balance educativo: fue un acto político para conectar logros sociales con la necesidad de una reforma estructural, poniendo sobre la mesa el dilema entre sostener conquistas o arriesgar un retroceso por falta de recursos.
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