Una joven barranquillera, marcada por el conflicto armado pero impulsada por la resiliencia, se proyecta como líder en el Consejo Local de Juventudes para abrir caminos de memoria, paz y oportunidades
En la Localidad Norte Centro Histórico de Barranquilla, un nombre comienza a resonar con fuerza: Luna Marrugo Polo, joven víctima del conflicto armado, defensora de derechos humanos y activista comunitaria que ahora da un paso firme hacia la política juvenil. Su candidatura al Consejo Local de Juventudes, presentada con el respaldo de la Fundación Proayudar, no solo es un hecho administrativo, sino un símbolo de resistencia y de esperanza.
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De víctima a lideresa: la historia detrás de la candidatura
La vida de Luna ha estado marcada por el desplazamiento y las heridas de la guerra, pero también por la capacidad de reinventarse. Desde hace años ha trabajado de la mano de la Fundación Proayudar en proyectos sociales, educativos y culturales que buscan acompañar a familias vulnerables y víctimas de violencia. Para ella, la participación política no es un fin, sino una herramienta: “Quiero que cada joven víctima encuentre en la ciudadanía un camino para reconstruir su proyecto de vida y aportar a la paz”.
Cinco ejes para transformar realidades
Luna propone un plan de trabajo basado en cinco pilares estratégicos:
- Memoria histórica y cultura de paz: impulsar procesos de narración juvenil y crear un archivo audiovisual comunitario que sirva como testimonio y herramienta pedagógica.
- Acceso a derechos: garantizar que las juventudes víctimas puedan acceder de manera real y efectiva a educación, salud, vivienda y emprendimiento, exigiendo además la implementación plena de la Ley 1448 con enfoque diferencial.
- Fortalecimiento psicosocial y liderazgo juvenil: crear espacios seguros de apoyo emocional y programas de formación en liderazgo, comunicación y resolución pacífica de conflictos.
- Desarrollo productivo y emprendimiento social: gestionar convenios para formación técnica y apoyo a proyectos juveniles, además de promover ferias de talento y economías creativas.
- Articulación y redes juveniles: conformar una Red Local de Juventudes Víctimas que conecte colectivos y líderes, fortaleciendo la incidencia distrital.
Un discurso que conecta con la juventud
En su discurso de lanzamiento, Luna habló no desde la solemnidad de la política tradicional, sino como una joven que se reconoce en las luchas de su generación:
Nuestra historia no termina en el dolor; comienza con la dignidad, la esperanza y la acción colectiva
Esa cercanía, unida a su compromiso, la perfila como una candidata que no busca representar de manera simbólica, sino generar incidencia real en políticas públicas.
Lo que significa la candidatura de Luna
La postulación de Luna Marrugo Polo no es un hecho aislado. Representa un paso hacia la democratización de los espacios de participación juvenil en contextos donde las víctimas históricamente han sido relegadas. En un país donde el conflicto dejó huellas profundas en la juventud, voces como la de Luna abren la posibilidad de una representación auténtica, capaz de tender puentes entre instituciones y comunidades.
Su reto, más allá de ganar un escaño, será transformar el Consejo Local de Juventudes en un escenario que supere el formalismo y logre incidir en la vida real de quienes crecieron en medio de la guerra. La apuesta de Luna muestra que las juventudes víctimas no son sujetos pasivos de reparación, sino protagonistas de la construcción de futuro.
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