El químico alemán que revolucionó la química orgánica con una visión onírica, su sueños con el benceno se hizo realidad
En el siglo XIX, la química orgánica enfrentaba un enigma que desafiaba a los científicos de la época: la estructura del benceno. Con la fórmula C₆H₆, esta molécula resultaba inusualmente estable, a pesar de contener menos hidrógenos de los esperados para sus seis átomos de carbono. Fue el sueño August Kekulé, un químico alemán nacido el 7 de septiembre de 1829, quien ofreció una solución ingeniosa que cambiaría el rumbo de esta ciencia.
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Una molécula que desconcertaba a la ciencia
Mientras escribía su tratado sobre química orgánica a inicios de la década de 1860, Kekulé propuso que el benceno estaba formado por un anillo cerrado de seis átomos de carbono, conectados entre sí por enlaces simples y dobles alternados. Esta configuración, además de explicar su estabilidad, ofrecía una base coherente para entender sus derivados, como el tolueno y el fenol. Al final el sueño que tuvo hizo realidad.
El descubrimiento que nació de un sueño
Pero más allá del mérito científico, lo que inmortalizó a Kekulé fue la forma en que llegó a su descubrimiento. En una célebre reunión en 1890, con motivo del 25 aniversario de la publicación de su teoría, relató que la idea le fue revelada en un estado de ensoñación: visualizó una serpiente mordiéndose la cola, símbolo antiguo de eternidad, que le inspiró la estructura cíclica del benceno.
Su legado quedó plasmado no solo en libros y artículos, sino también en una estatua de bronce en la ciudad de Bonn. En el pedestal, un relieve representa a la Naturaleza entregando un anillo de benceno a la figura de Techne, símbolo del arte y la técnica. A su alrededor, el diseño arquitectónico remite al hexágono que revolucionó la comprensión de los compuestos aromáticos.
A pesar de los debates sobre la veracidad del relato onírico, la historia de August Kekulé sigue inspirando generaciones de científicos, recordándonos que la intuición, la imaginación y el conocimiento son ingredientes inseparables en los grandes descubrimientos.