La gratuidad universitaria y el fortalecimiento de las IES transforman el panorama académico del país
En un esfuerzo sin precedentes, el Gobierno del Cambio ha destinado entre 2023 y 2025 más de $6,7 billones para garantizar que la educación superior en Colombia deje de ser un privilegio y se consolide como un derecho universal. Con esta inversión, la cobertura nacional alcanza ya el 97%, posicionando al país en un punto clave de transformación académica.
A este monto se suman $2,14 billones transferidos al presupuesto de funcionamiento de las Instituciones de Educación Superior (IES), con el fin de asegurar la gratuidad de forma progresiva y sostenible, blindando el sistema de los vaivenes políticos o de los cambios de gobierno.
Según cifras oficiales, el presupuesto total de funcionamiento e inversión pasó de $6 billones en 2022 a $9,12 billones en 2025, consolidando la mayor inversión en la historia de la educación superior pública en Colombia. Además, se adicionan $2,4 billones exclusivos para la Política de Gratuidad.
«Este cambio en el modelo de inversión no solo financia la oferta, sino que hace el sistema más equitativo y sostenible, rompiendo con la idea de que estudiar es un negocio», destacó el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín.
Impacto en los estudiantes: de la deuda a la oportunidad
En Bogotá, 92.825 jóvenes ya se benefician de este modelo, liberándose de la carga financiera que históricamente limitaba el acceso a la universidad. Laura Camila Cortés, estudiante de Licenciatura en Español y Lenguas Extranjeras de la Universidad Pedagógica, es un ejemplo vivo de este cambio.
Antes, pensaba que la universidad era un sueño inalcanzable. Hoy, gracias a la gratuidad, estudia sin endeudarse:
«No quería que todo mi esfuerzo se fuera a pagar un crédito que no bajaba. Ahora puedo estudiar lo que amo y demostrar que es posible acceder a una educación de calidad sin pagar cuotas eternas», expresó Laura.
Menos jóvenes endeudados, más talento en las aulas
Con la creación de nuevos cupos gratuitos en el sistema público, el número de estudiantes endeudados con el ICETEX disminuirá drásticamente: de 50.000 en 2022 a apenas 10.000 proyectados para 2025.
Esta política no solo cubre matrículas, sino que abre puertas a mejores oportunidades laborales, corrige desigualdades históricas y construye un modelo educativo más inclusivo y duradero.
Conocimiento como motor de movilidad social
El aumento histórico en la inversión para la educación superior pública en Colombia responde a una visión estratégica que entiende el conocimiento como motor de movilidad social y competitividad nacional. La clave no está únicamente en la gratuidad, sino en la sostenibilidad estructural del sistema, evitando que dependa de voluntades políticas coyunturales.
Además, reducir la dependencia del crédito educativo implica un cambio cultural: se prioriza el talento y no la capacidad de pago. Esto proyecta a Colombia hacia un modelo similar al de países con sistemas educativos sólidos y democráticos, donde la universidad no es un lujo, sino una herramienta colectiva para el desarrollo.
La experiencia de estudiantes como Laura revela que la gratuidad no es solo una cifra en el presupuesto, sino un cambio real en vidas concretas. La política, si se mantiene, podría convertirse en uno de los pilares más transformadores del sistema social y económico colombiano en las próximas décadas.
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