En tiempos donde los sobrecostos y la corrupción parecen la norma, Bosa demuestra que la gestión responsable y la transparencia pueden traducirse en resultados concretos para la comunidad con ahorro de $320 millones en cámaras de seguridad
En una decisión que rompe con los paradigmas de despilfarro en la contratación estatal, la Alcaldía Local de Bosa logró un ahorro superior a $320 millones en la adquisición de cámaras de seguridad para su territorio.
Lejos de ser una cifra anecdótica, este ahorro representa una victoria para la comunidad, que durante años ha exigido más control, eficiencia y resultados visibles en materia de seguridad pública.
El proceso, liderado bajo criterios técnicos y con observación ciudadana, permitió optimizar recursos y priorizar la instalación de equipos de alta tecnología en zonas con mayores índices de inseguridad. En un contexto nacional donde la corrupción en la contratación sigue siendo una herida abierta, el caso de Bosa envía un mensaje claro: sí se puede comprar bien cuando se gobierna con criterio.
Seguridad sin despilfarro: un modelo replicable
Más allá de las cifras, el ahorro logrado representa una forma de gobernanza distinta. La administración local apostó por la transparencia en las licitaciones y por un enfoque estratégico que prioriza el bienestar ciudadano sobre los intereses particulares.
La adquisición de estas cámaras, además, permitirá fortalecer el trabajo articulado entre las autoridades locales, la Policía Metropolitana y los frentes de seguridad barrial, ampliando la capacidad de respuesta ante situaciones delictivas.
Este resultado es un ejemplo de cómo la inversión pública puede generar valor social cuando se combina la planeación técnica con la vigilancia institucional y ciudadana.
El mensaje de fondo: gobernar bien también es posible
En medio de la crisis de confianza que atraviesan muchas instituciones locales, la experiencia de Bosa resalta que la eficiencia no es un lujo, sino una obligación ética. Cada peso ahorrado se traduce en más oportunidades para la comunidad: en mejor infraestructura, en programas sociales, en educación y cultura.
El alcalde local de Bosa, Fabián Ernesto Ramírez Cruz, entregó el balance oficial de la adquisición de cámaras de videovigilancia, destacando un ahorro superior al 29% en el proceso de compra.
El proceso fue completamente transparente y eficiente. Logramos reducir el costo de $1.100 millones a cerca de $800 millones, lo que representa una reducción de más de $320 millones, recursos que se traducen en más zonas seguras y mayor bienestar para los habitantes de Bosa – afirmó el mandatario local
La transparencia, cuando se ejerce con convicción, tiene efectos tangibles: menos despilfarro, más seguridad, más confianza. El caso de la localidad de Bosa es una pequeña gran noticia en un país donde los titulares suelen estar copados por escándalos de sobrecostos, contratistas fantasmas y licitaciones amañadas. Este ejemplo demuestra que la gestión pública eficiente no depende del tamaño del presupuesto, sino de la voluntad política y el respeto por el dinero de la gente.
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