El campeón de Europa suma otro título internacional tras vencer al Tottenham en penales, demostrando que su carácter competitivo sigue intacto
La Supercopa 2025-2026 pintaba como un inicio amargo para el PSG. Después de su histórica conquista de la Champions League y el golpe sufrido en la final del Mundial de Clubes, el equipo de Luis Enrique llegaba con sed de revancha. Sin embargo, Tottenham golpeó primero.
En la primera mitad, Micky van de Ven aprovechó un rebote para poner el 1-0 y, al inicio del complemento, el argentino Cristian “Cuti” Romero amplió la ventaja de cabeza. Los londinenses controlaban el ritmo y parecía que la historia estaba sentenciada.
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Reacción parisina en tiempo límite
Cuando todo indicaba que la Supercopa se teñiría de blanco y azul, el PSG mostró su resistencia. Luis Enrique movió el banquillo y encontró respuestas. A los 40 minutos del segundo tiempo, Kang-in Lee recortó distancias con un disparo lejano que devolvió la esperanza.
En el tiempo añadido, un centro preciso de Ousmane Dembélé fue conectado por Gonçalo Ramos para sellar el 2-2 y forzar la tanda de penales. El dramatismo estaba servido.
Del sufrimiento a la gloria
La definición desde los once metros inició adversa para el PSG, pero el temple y las manos seguras de su arquero Chevallier fueron decisivos. Los parisinos remontaron también en la tanda y levantaron un trofeo que aún no figuraba en sus vitrinas, sumando así otro capítulo dorado a su historia reciente.
Un PSG con doble cara, pero con espíritu ganador
Más allá de la celebración, la final dejó una lectura clara: el PSG aún sufre desconexiones defensivas que lo ponen en aprietos. Tottenham dominó durante buena parte del juego gracias a su solidez y velocidad, y si no fue campeón es porque permitió que los franceses crecieran en confianza en los últimos minutos.
El equipo de Luis Enrique demostró que, aunque no siempre es brillante, su mentalidad competitiva y la profundidad de su plantilla le permiten revertir marcadores adversos. Este triunfo en la Supercopa no solo fortalece su palmarés, sino que también envía un mensaje al resto de Europa: el PSG está decidido a seguir acumulando títulos y experiencias internacionales, incluso cuando la noche parece perdida.
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