El fin del paro minero en Boyacá no solo devuelve la calma a la región, sino que abre una oportunidad histórica para que la transición energética sea un proceso justo, incluyente y construido con quienes han vivido del carbón toda su vida
Después de varios días de tensión por el paro minero, el departamento de Boyacá recupera la normalidad gracias a un acuerdo alcanzado entre el Gobierno Nacional, autoridades locales y líderes del sector minero. El pacto, calificado como un logro del diálogo social, reconoce la dignidad de los pequeños mineros y compromete acciones concretas para garantizar que la transición energética se lleve a cabo de manera justa e inclusiva.
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El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea, destacó que el consenso fue posible gracias a la voluntad y honestidad de todas las partes involucradas.
El Gobierno reconoce la labor de quienes han dedicado su vida a la minería del carbón; son personas trabajadoras y merecen que sus derechos y dignidad sean respetados, afirmó.
Una hoja de ruta para la Transición Energética Justa
El acuerdo contempla el diseño concertado de una Hoja de Ruta de Transición Energética Justa (TEJ) específica para Boyacá. Esta incluirá a la pequeña minería de carbón y será construida con la participación activa de la comunidad boyacense.
Además, se avanzará en procesos de formalización, reconocimiento y simplificación de trámites, con el objetivo de garantizar la permanencia digna de los pequeños mineros mientras se generan alternativas productivas.
Palma anunció que se implementarán planes regionales de reconversión productiva, enfocados en preparar a empresas, trabajadores y comunidades para un nuevo panorama económico que aproveche las potencialidades del departamento en minerales estratégicos, agroindustria, turismo y energías limpias.

El diálogo como herramienta de paz social
Para el Gobierno del Cambio, la solución al paro minero confirma que el diálogo social es el camino más eficaz para resolver conflictos y construir consensos. Este mecanismo no solo respeta el derecho a la protesta, sino que también fomenta la inclusión y participación de todos los sectores en las decisiones que afectan su futuro.
Reconocimiento y dignificación de los pequeños mineros
Como resultado inmediato del acuerdo, el Gobierno formalizó el reconocimiento de 15 pequeños mineros en Boyacá y estableció mecanismos para agilizar procesos de formalización en toda la región.
Con esta hoja de ruta y la voluntad política demostrada, Boyacá se convierte en un ejemplo de cómo la transición energética puede construirse con justicia social, diálogo y participación real de las comunidades que históricamente han sostenido la economía del carbón.
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