Sin juego por bandas, sin claridad en el medio y con un ataque frustrado, la Selección mostró un fútbol plano en el empate sin goles ante Perú
La Selección Colombia volvió a competir, pero el desempeño dejó más preguntas que respuestas. En un partido que prometía mostrar avances, el equipo dirigido por Néstor Lorenzo ofreció una actuación tibia, predecible y carente de ideas por los costados, incluso con una nómina que buscaba sorprender. Un regreso con más dudas que certezas en cada encuentro que se juega.
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Cambios sin efecto: una apuesta que no cuajó
El entrenador intentó agitar la pizarra con modificaciones en el medio y el frente de ataque, pero la Selección solo mostró dominio en los primeros 15 minutos. Después de ese breve inicio, Perú supo replegarse, cerrar espacios y frustrar cualquier intento ofensivo colombiano.
Pese a su planteamiento limitado, el equipo peruano generó la ocasión más clara de la primera parte: Edison Flores exigió a Kevin Mier, quien respondió con firmeza. Sin embargo, Colombia abusó de los pases al centro, desaprovechando tanto a James Rodríguez como a los extremos.
Sin conexión ni profundidad
El juego ofensivo fue poco profundo, con constantes errores en las bandas que terminaron desquiciando a jugadores como Jhon Durán, quien no escondió su frustración. El retorno de Juan Camilo «Cucho» Hernández fue gris: perdió cuatro duelos individuales con Luis Advíncula y nunca encontró el ritmo del partido.
Nuevas variantes, mismo resultado
Para el complemento, Lorenzo buscó una reacción con el ingreso de Luis Suárez por Durán. Aunque el nuevo delantero mostró más movilidad y disposición colectiva, la dinámica no cambió demasiado. Los ingresos de Marino Hinestroza y Jaminton Campaz, ambos con velocidad y desborde, agitaron un poco las cosas, pero no fueron suficientes.
Los últimos 10 minutos fueron de pura ansiedad: centros inofensivos, desesperación por parte de Yerry Mina y Richard Ríos, e incluso una sensación de que el empate podía esfumarse. El gol salvador nunca llegó.
“No estuvimos claros con el manejo de la pelota, ni en la toma de decisiones. Quedan partidos para mejorar.”
— Kevin Mier, arquero de la Selección Colombia
¿Cómo queda la tabla?
Colombia, con este empate, se ubica en la sexta posición con 21 puntos, un lugar incómodo si se aspira a consolidarse entre los clasificados directos al próximo torneo internacional. Su próximo reto será nada menos que Argentina, líder invicto, el martes 10 de junio en Buenos Aires.
Una Colombia que no se atreve a ser protagonista
El problema de Colombia no es individual, sino sistémico. Más allá de los nombres o los experimentos tácticos, el equipo carece de identidad clara. Juega con prudencia, pero sin audacia. Tiene talento, pero no lo canaliza en ideas colectivas. El empate ante Perú es más que una pérdida de puntos: es un síntoma de un equipo que no termina de cuajar.
Los siguientes partidos serán decisivos no solo en la tabla, sino en la construcción de un proyecto con verdadero carácter competitivo. Porque si la Selección no arriesga, seguirá dependiendo de milagros, no de méritos.
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