La multa, que supera los 300 millones de pesos, envía un mensaje claro: en los aeropuertos no se pueden limitar los derechos de los pasajeros ni favorecer monopolios en el transporte terrestre
La Superintendencia de Transporte impuso una sanción ejemplar a Aeropuertos de Oriente S.A.S., concesionario del Aeropuerto Internacional Palonegro de Bucaramanga, tras comprobar que la empresa incumplió las órdenes administrativas que le exigían eliminar restricciones al servicio de transporte terrestre.
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Un derecho vulnerado: la libre elección del pasajero
El caso tiene su origen en la Resolución 10025 de 2023, mediante la cual la SuperTransporte ordenó que todos los pasajeros tuvieran plena libertad de escoger el transporte de salida del aeropuerto, sin importar si pertenecía o no al Consorcio Taxi Aeropuerto. Sin embargo, la concesión no acató esta disposición, lo que llevó a la sanción emitida el 3 de septiembre de 2025.
Según la entidad, estas prácticas afectaban directamente a los usuarios y a los transportadores independientes, generando un direccionamiento indebido y limitando la competencia en la terminal aérea.
Una multa con peso simbólico y legal
La sanción equivale a 250 UVB (Unidad de Valor Básico), lo que representa más de 300 millones de pesos en 2025. Pero más allá del monto, la medida busca reforzar la idea de que los aeropuertos son espacios de servicio público, donde deben primar la seguridad, la igualdad y el interés general.
El superintendente Alfredo Enrique Piñeres Olave explicó que el incumplimiento de Aeropuertos de Oriente constituye una vulneración al derecho fundamental de libre elección de los pasajeros:
Nuestra función es velar por la transparencia en la operación. No podemos permitir prácticas que restrinjan la movilidad ni que afecten la competencia
Respaldo del Ministerio de Transporte
La ministra Mafe Rojas respaldó la decisión y fue enfática:
Esta sanción envía un mensaje claro: no toleraremos prácticas que limiten la libre elección ni afecten la calidad y seguridad del servicio
El Ministerio destacó que estas acciones no solo protegen a los pasajeros, sino que también equilibran las condiciones para todos los proveedores de transporte habilitados.
Un problema de fondo: monopolios en los aeropuertos
La discusión va más allá de Palonegro. En varios aeropuertos del país se han presentado denuncias similares por direccionamiento hacia empresas específicas de taxis o transporte privado. Estas prácticas crean un ambiente de monopolio disfrazado que termina golpeando tanto al usuario como a los pequeños transportadores.
La sanción, entonces, sienta un precedente importante: los concesionarios no pueden condicionar la movilidad a acuerdos privados que cierren la puerta a la competencia.
Recursos y advertencia futura
Aeropuertos de Oriente podrá interponer recursos legales, pero la SuperTransporte advirtió que, de persistir el incumplimiento, impondrá multas sucesivas. Esto refuerza la idea de que la vigilancia será estricta y que no habrá margen para mantener prácticas restrictivas.
Lo que está en juego
Este caso refleja un dilema clásico en la gestión de infraestructura pública: ¿hasta dónde llega la potestad de los concesionarios y dónde comienza la primacía del interés general? La respuesta de la Superintendencia fue contundente: la movilidad y los derechos de los usuarios no pueden quedar subordinados a arreglos comerciales.
El desenlace también será clave para evaluar si el Estado logra, por fin, cerrar la puerta a un problema estructural: los monopolios del transporte en terminales aéreas, un asunto que afecta la equidad, la seguridad y la confianza ciudadana en los servicios públicos.
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