Un panorama de cómo la política digital del Gobierno del Cambio empieza a modificar economías locales y oportunidades sociales
Desde el Gobierno del Cambio se insiste en que cerrar brechas digitales es clave para que regiones como el Cesar alcancen un crecimiento sostenido. La premisa es clara: la conectividad no es un lujo, es un instrumento para la igualdad y el desarrollo regional.
El acceso a Internet en Valledupar dejó de ser un servicio complementario y empezó a convertirse en una herramienta determinante para la economía local. Cada vez más emprendedores comercializan, promocionan y posicionan sus productos desde el celular, expandiendo sus ingresos y alcanzando nuevos mercados sin intermediarios.
Esta transformación tiene un impacto visible: negocios familiares que antes dependían exclusivamente del comercio presencial hoy cuentan con canales digitales de venta y promoción que les permiten competir en mejores condiciones. Para muchos, la conectividad representa no solo un servicio, sino la puerta de entrada a una economía más moderna y a un mercado más amplio.
Medellín apuesta por el talento joven con formación TIC
En Medellín, la transformación digital avanza por otra vía: la formación. Los cursos del SENA TIC se han convertido en una puerta estratégica hacia empleos de calidad para miles de jóvenes que buscan insertarse en sectores tecnológicos.
La demanda de habilidades digitales en la ciudad continúa creciendo, y estos programas no solo fortalecen la formación técnica, sino que además amplían las oportunidades de empleabilidad en industrias emergentes como programación, análisis de datos, soporte tecnológico y desarrollo de software.
El Ministerio TIC ha insistido en que esta estrategia es fundamental para que las juventudes colombianas compitan en igualdad de condiciones a nivel global y encuentren alternativas laborales más estables y mejor remuneradas.
Calarcá: tecnología y educación rural se encuentran en el invernadero digital
En Calarcá, la conectividad está habilitando iniciativas que integran educación y tecnología en territorios rurales. El invernadero digital es un ejemplo de cómo un proyecto bien diseñado puede impulsar innovación local, fortalecer la formación de estudiantes y abrir nuevas oportunidades para la comunidad.
La iniciativa combina herramientas digitales con prácticas agrícolas, permitiendo que estudiantes y docentes integren conocimientos tecnológicos para mejorar procesos de siembra, monitoreo, producción y gestión ambiental. Así, la conectividad del territorio no solo moderniza la economía rural, sino también transforma la manera en que se aprende y se proyecta el desarrollo del campo.
Una estrategia digital que empieza a cambiar territorios
Las tres experiencias —Valledupar, Medellín y Calarcá— muestran un mismo hilo conductor: cuando la conectividad llega con enfoque social y territorial, la tecnología se convierte en motor de oportunidades.
El Gobierno insiste en que la transformación digital del país debe incluir tanto acceso a Internet como formación, innovación y fortalecimiento de economías locales. Es una apuesta que busca mover el desarrollo desde las capitales hacia regiones históricamente rezagadas.
Con más emprendedores vendiendo desde su celular, más jóvenes formándose para empleos tecnológicos y más comunidades rurales integrando educación y tecnología, el país empieza a vivir una transformación que va más allá de la infraestructura: una transformación de posibilidades.
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