Con una actuación estelar del brasileño y el control absoluto de Pedri, el FC Barcelona firmó su séptima victoria consecutiva tras derribar el muro defensivo de Osasuna en el Spotify Camp Nou
El FC Barcelona volvió a demostrar por qué atraviesa uno de sus mejores momentos en el campeonato. El equipo dirigido por Hansi Flick se impuso con autoridad y paciencia a un Osasuna ultradefensivo, sumando su séptima victoria consecutiva en la Liga y reafirmando su condición de candidato sólido al título.
No fue un triunfo sencillo. El rival planteó un partido espeso, con constantes interrupciones y un bloque bajo que obligó al Barça a madurar cada jugada. Pero cuando el talento se impone al orden, el resultado termina llegando. Raphinha, con un doblete decisivo, y Pedri, dueño absoluto del ritmo del partido, fueron los nombres propios de una noche que terminó en celebración.
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Dominio sin profundidad en el arranque
Desde el pitazo inicial, el conjunto blaugrana asumió el control del balón, aunque le costó traducir la posesión en peligro real. Osasuna se replegó con una estructura 5-4-1, apostando por Budimir como única referencia ofensiva y esperando su oportunidad al contragolpe.
El Barça intentó romper líneas con balones largos y circulación constante, pero las primeras aproximaciones carecieron de precisión. Aun así, el dominio territorial fue total, obligando al equipo navarro a resistir cada embestida.
Polémica y frustración antes del descanso
Las ocasiones comenzaron a llegar. Ferran Torres rozó el gol tras un pase quirúrgico de Lamine Yamal, mientras que el propio Lamine y Eric García probaron fortuna desde media distancia. Osasuna también inquietó con un par de remates de Budimir bien resueltos por Joan García.
La polémica apareció en el minuto 25, cuando Ferran envió el balón a la red tras un centro de Rashford, pero el tanto fue invalidado por un fuera de juego previo en la acción que originó el córner. La decisión enfrió momentáneamente a un Camp Nou que ya se preparaba para celebrar.
El descanso llegó con un 0-0 engañoso, más favorable para Osasuna que para un Barça que había hecho méritos suficientes para irse en ventaja.
Un fortín que parecía imposible de romper
La segunda mitad mantuvo el mismo guion: posesión culé, repliegue visitante y un partido que amenazaba con volverse desesperante. Rashford estuvo cerca con un tiro libre bien ejecutado y un remate posterior bloqueado por la defensa, pero el gol seguía resistiéndose.
El reloj avanzaba y el Barça necesitaba una chispa diferente para desbloquear el encuentro.
Pedri inventa, Raphinha sentencia
Esa chispa llegó desde los pies de Pedri. En el minuto 70, el canario tomó el balón, condujo con elegancia y filtró un pase perfecto para Raphinha, quien definió con potencia y rabia para romper finalmente el cerrojo navarro. El 1-0 fue un alivio colectivo y un acto de justicia futbolística.
Con la ventaja, el Barça bajó las revoluciones y encontró en Pedri al arquitecto ideal para dormir el partido. El mediocampista manejó los tiempos con maestría, provocando la ovación constante de la grada.
Ya en el tramo final, Raphinha volvió a aparecer para aprovechar un rechace defensivo y sellar el 2-0 definitivo, confirmando su gran momento de forma y dejando atrás cualquier duda física.
Un Barça firme que ya mira el próximo desafío
Con este triunfo, el FC Barcelona no solo mantiene su condición de invicto en el Spotify Camp Nou, sino que refuerza una dinámica ganadora que ilusiona a su afición. El equipo de Flick combina control, talento y paciencia, una fórmula clave para afrontar los retos que vienen.
La Liga sigue en marcha, pero el mensaje es claro: este Barça no se detiene y ya tiene la mirada puesta en su próximo objetivo de la temporada, la Copa, con la confianza intacta y el fútbol como principal argumento.
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