Este martes, mientras en el Congreso avanzaba el debate sobre la reforma laboral, el presidente Gustavo Petro firmó el decreto que convoca una consulta popular
En una jornada marcada por el debate en el Congreso sobre la reforma laboral, el presidente Gustavo Petro sorprendió al país con un anuncio de alto impacto: firmó el decreto que convoca una consulta popular. El mandatario aseguró que este mecanismo de participación ciudadana busca que el pueblo colombiano se pronuncie directamente sobre temas que, según él, están bloqueados en el Congreso. El presidente Gustavo Petro firma decreto para consulta popular y ahora la decisión está en manos de la Corte Constitucional.
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Un mensaje directo al legislativo
Petro fue enfático: si el Congreso —como poder constituido— aprueba positivamente los puntos que serán consultados, la votación popular podría ser cancelada. Es decir, el Ejecutivo deja una puerta abierta para evitar las urnas, pero pone la presión sobre el Legislativo.
“Solo se derogará antes de las urnas si los puntos que se le preguntan al pueblo… son respondidos positivamente por el Congreso”, escribió el presidente, dejando clara la intención de forzar definiciones.
El decreto ya fue enviado a revisión constitucional
Como parte del procedimiento legal, el decreto fue enviado a la Corte Constitucional. Este paso es indispensable, ya que el alto tribunal deberá determinar si el texto se ajusta a los principios jurídicos y a la normativa vigente para este tipo de mecanismos de participación democrática.
¿Qué significa esto políticamente?
El anuncio no es menor: se da justo cuando la reforma laboral —una de las apuestas clave del gobierno— enfrenta resistencias en el Congreso. La coincidencia entre la discusión legislativa y la firma del decreto puede leerse como una jugada política para presionar al Congreso o, al menos, para evidenciar ante la opinión pública las trabas en el trámite de las reformas.
¿Consulta popular o pulso político?
Más allá del contenido del decreto, la decisión de Petro marca una nueva etapa en su relación con el Congreso. Al acudir a la figura de la consulta popular, no solo busca involucrar a la ciudadanía, sino también reencuadrar el debate político: pasar del terreno técnico y legislativo al simbólico y popular.
Este movimiento puede interpretarse como una estrategia para reposicionarse ante la opinión pública en medio de las dificultades para sacar adelante sus reformas estructurales. También deja en manos de la Corte Constitucional una parte del futuro inmediato de su proyecto político.