Tras la decisión de la Corte Suprema que precluyó la investigación por hechos de 2008, Antonio Sanguino pidió a los medios de comunicación actuar con ética y respeto a la verdad judicial, advirtiendo que algunos titulares han distorsionado el fallo para generar impacto mediático a costa de su buen nombre
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, informó que la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia resolvió declarar la nulidad parcial de la audiencia de imputación de cargos y, en consecuencia, precluir la investigación por presunto tráfico de influencias relacionada con hechos ocurridos en 2008.
La decisión incluye el archivo definitivo de dicha actuación y la orden de excluir su nombre de las bases de datos públicas, en defensa de su buen nombre y en aplicación del principio de anonimización.
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Llamado a la responsabilidad periodística
Sanguino lamentó que algunos medios de comunicación hayan publicado titulares afirmando que “irá a juicio por tráfico de influencias”, sin revisar el contenido completo del fallo.
El país necesita un periodismo que informe con rigor y no con titulares sensacionalistas que distorsionan la verdad judicial
Expresó, recalcando que ha respondido de manera constante a todas las citaciones judiciales y seguirá haciéndolo hasta la culminación del proceso.
El contexto de la decisión judicial
La determinación de la Corte Suprema es, según el ministro, una muestra de que las garantías constitucionales y legales funcionan cuando se defienden los derechos con pruebas y argumentos.
Durante más de 18 años, Sanguino ha sostenido su inocencia y ha enfrentado las investigaciones con disposición total a comparecer ante las autoridades.
Un fallo que desarma la narrativa mediática
El pronunciamiento de la Corte Suprema no es menor. La preclusión y archivo definitivo sobre los hechos de 2008 derriba una de las piezas centrales que sostenían la sospecha pública alimentada por versiones parciales en la prensa.
Sin embargo, la polémica no radica únicamente en el resultado judicial, sino en la manera en que fue difundido. Al usar extractos del fallo fuera de contexto, algunos titulares instalaron en la opinión pública la idea de que el ministro enfrentará juicio por un delito que, en realidad, ha sido cerrado de manera definitiva.
En un país donde la imagen pública puede ser tan determinante como una sentencia judicial, este episodio deja claro que la desinformación mediática puede tener efectos tan perjudiciales como una condena injusta. El reto para el periodismo, en este y otros casos, es no convertirse en tribunal paralelo y preservar la confianza ciudadana en la información que circula.
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