Miguel Ángel Russo, un caballero del fútbol argentino que dejó su huella dentro y fuera de la cancha. Más de mil partidos, una Copa Libertadores y un legado de respeto y liderazgo que trasciende generaciones
El fútbol argentino despidió a uno de sus grandes maestros. Miguel Ángel Russo, símbolo de compromiso y humildad, fue más que un entrenador: fue un constructor de equipos, un formador de personas y un ejemplo de cómo se puede competir sin perder la esencia.
Con más de mil partidos dirigidos y pasos por 16 clubes en ocho países, Russo consolidó una de las trayectorias más extensas y respetadas del continente. Su vida estuvo marcada por un denominador común: la lealtad al juego y a sus convicciones.
Puedes leer: María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025
De Estudiantes al mundo: un mediocampista con temple de líder
Antes de brillar como técnico, Russo fue un mediocampista central de carácter y orden. Durante 14 temporadas en Estudiantes de La Plata, jugó 420 partidos y fue parte de los equipos campeones del Metropolitano 1982 y el Nacional 1983, bajo las conducciones de Carlos Bilardo y Eduardo Luján Manera.
En aquella década dorada, integró uno de los mediocampos más recordados junto a Trobbiani, Sabella y Ponce. Su retiro, en 1989, no fue una despedida del fútbol, sino el inicio de otra historia: la del estratega que conquistaría América.
Un técnico de mil batallas
Su carrera como entrenador comenzó en Lanús (1989), donde logró dos ascensos históricos. Luego regresó a su amado Estudiantes, consiguiendo otro ascenso y consolidando su nombre en el banquillo.
Desde entonces, su trayectoria se expandió por todo el continente: Vélez Sarsfield, Boca Juniors, Racing, San Lorenzo, Rosario Central, Millonarios, Alianza Lima, Cerro Porteño y Al Nassr, entre otros. En cada club dejó una marca inconfundible: trabajo silencioso, disciplina táctica y respeto humano.
Su primera gran consagración llegó con Vélez (Clausura 2005), pero el momento que lo inmortalizó fue en 2007, cuando llevó a Boca Juniors a ganar la Copa Libertadores, con Riquelme y Palermo como figuras y una superioridad que aún se recuerda: 5-0 en la final ante Gremio, la mayor diferencia en una definición del certamen.
El alma de los clubes: su amor por Central, su corazón en Boca
Rosario Central fue su otra casa. En cinco etapas distintas, Russo construyó equipos con identidad y orgullo. El último capítulo de su historia dorada llegó en 2024, cuando levantó la Copa de la Liga frente a Platense, llevando al Canalla de nuevo a la cima.
Y cuando el destino lo cruzó nuevamente con Boca Juniors, supo reinventarse. En 2020, conquistó la Superliga Argentina, arrebatándole el título a River en la última fecha. También ganó la Copa Maradona y volvió a eliminar al eterno rival en mano a mano, demostrando que su temple seguía intacto.
El guerrero que nunca se rindió
Más allá de los títulos, Russo fue admirado por su fortaleza personal. En su paso por Millonarios (Colombia), no solo conquistó el torneo local (2017) y la Superliga (2018): también superó un cáncer de próstata y una grave infección hospitalaria, regresando al fútbol con la serenidad de quien ya había vencido su partido más difícil.
Su carrera internacional incluyó experiencias en Chile, México, Perú, Paraguay y Arabia Saudita, consolidando una figura respetada en toda América.
Un legado que trasciende los resultados
La historia de Miguel Ángel Russo no se mide solo en copas o estadísticas. Se mide en valores, en respeto y en la huella humana que dejó en cada vestuario. Fue el técnico que supo convivir con estrellas sin perder la humildad del barrio, el profesional que trabajó sin estridencias y el hombre que convirtió cada adversidad en aprendizaje.
En tiempos donde el fútbol suele olvidar rápido, su legado queda como una lección:
Se puede ganar sin gritar, competir sin odiar y dirigir sin perder la humanidad.
Miguel Ángel Russo fue eso: un hombre de fútbol total. Y su historia, más que una despedida, es una forma de seguir aprendiendo a vivir el juego con grandeza.
Realice su donación en Noticias La Voz Realities
Con tu aporte, apoyas el periodismo independiente y alternativo dando clic en el botón de BOLD: