Colombia pasa de víctima a protagonista en la agenda climática global: de denunciar la crisis a proponer un cambio estructural desde el sur global
En los últimos años, Colombia ha dejado de ser un país que únicamente denunciaba los impactos del cambio climático para convertirse en un actor clave dentro del debate global. La reciente intervención de la ministra (e) de Ambiente, Irene Vélez Torres, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, confirma esta transformación: ya no se trata solo de señalar las consecuencias, sino de liderar propuestas concretas desde el sur global.
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Uribe (2002-2010): el ambiente en un segundo plano
Durante el gobierno de Álvaro Uribe, el eje central fue la seguridad y la lucha contra el narcotráfico. El discurso ambiental tuvo un papel menor y se limitó a destacar la biodiversidad nacional como patrimonio, sin iniciativas estructurales en materia climática.
Santos (2010-2018): del Acuerdo de París a la paz verde
Con Juan Manuel Santos, Colombia dio un salto en la agenda internacional. El país se comprometió en la COP21 de 2015 con el Acuerdo de París, asumiendo metas de reducción de emisiones. Además, se relacionó la implementación de los Acuerdos de Paz con la necesidad de frenar la deforestación y proteger los territorios más golpeados por el conflicto armado.
Duque (2018-2022): economía verde con cuestionamientos
Iván Duque buscó posicionar la “economía verde” y la meta de neutralidad de carbono para 2050. Aunque sus discursos en la ONU insistieron en el financiamiento internacional y en promover a Colombia como líder en conservación, internamente persistieron los proyectos de fracking y la expansión petrolera, lo que generó críticas por la falta de coherencia.
Petro (2022-actualidad): justicia climática desde el sur global
El actual gobierno ha marcado un giro. En 2022, el presidente Gustavo Petro señaló en la ONU a las potencias del norte como responsables de la crisis climática y vinculó el problema ambiental con la guerra contra las drogas y la desigualdad global.
Hoy, con la voz de Irene Vélez, Colombia busca pasar del discurso a la acción:
- Proponer la articulación de las tres convenciones de Río (clima, biodiversidad y desertificación).
- Liderar en 2026 una conferencia internacional para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Un reto para la política exterior
Este salto implica responsabilidades: Colombia deberá sostener su liderazgo con coherencia interna, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y garantizando que las comunidades locales participen de la transición energética.
La gran pregunta es si el país podrá consolidar esta narrativa de justicia climática en resultados tangibles, no solo para la diplomacia, sino para los territorios que más sufren la crisis ambiental.
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