La ministra Irene Vélez presentó en la ONU el balance de Colombia, destacando el vínculo entre justicia climática y social, y anunciando dos apuestas estratégicas: articular las convenciones de Río y liderar la primera conferencia internacional para dejar atrás los combustibles fósiles
En el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la ministra (e) de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Irene Vélez Torres, presentó el balance de la participación de Colombia, resaltando un mensaje central: la acción climática no puede desligarse de la lucha contra la pobreza y la inequidad social.
“El sur global sufre los peores impactos, siendo el menor responsable de las causas del cambio climático. Por eso, tenemos certeza de que la justicia económica y la justicia social son indispensables para abordar la crisis climática”, afirmó Vélez, marcando la posición de Colombia en el debate internacional.
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Transformar el sistema financiero: condición para la acción climática
Uno de los puntos más críticos señalados por Vélez fue la necesidad de reformar el sistema financiero internacional, al que responsabilizó de profundizar las brechas sociales a través de deudas públicas que limitan la capacidad de los países más empobrecidos para enfrentar la crisis climática.
Este llamado se suma a un creciente consenso global: sin un rediseño financiero que alivie la carga de la deuda y garantice recursos frescos, las naciones del sur seguirán atrapadas en un círculo de dependencia, sin poder invertir en adaptación ni mitigación climática.
Dos apuestas estratégicas hacia la COP30
Colombia llegó a Nueva York con propuestas concretas que buscan incidir en la agenda climática rumbo a la COP30 en Belém do Pará, Brasil:
- Articulación de las convenciones de Río: Colombia propuso abrir un nuevo punto en la agenda de la COP30 para integrar las tres convenciones surgidas en 1992 —clima, biodiversidad y desertificación— con el fin de que las metas, esquemas financieros y grupos científicos trabajen de forma coherente frente a lo que son, en realidad, tres crisis interdependientes.
- Conferencia internacional sobre combustibles fósiles: El país anunció que en abril de 2026 será sede de la primera reunión global para debatir la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, con la participación confirmada de autoridades ambientales de la Unión Europea, Dinamarca y Noruega.
Un liderazgo que busca marcar diferencia
El enfoque colombiano pone sobre la mesa un aspecto incómodo pero urgente: los países que menos han contaminado son los que más sufren y, por tanto, deben estar en el centro de las soluciones. El mensaje de Vélez apunta a que la justicia climática debe ser inseparable de la justicia social y económica, una visión que reta los intereses de potencias emisoras y de las industrias fósiles.
Colombia como puente entre la justicia climática y la justicia social
La intervención de Colombia en la ONU muestra una estrategia de diplomacia ambiental que va más allá de la denuncia. Las propuestas concretas hacia la COP30 y la convocatoria a un debate global sobre combustibles fósiles reflejan un intento de reposicionar al país como líder del sur global en un tema donde históricamente ha sido actor secundario.
El reto, sin embargo, será doble: lograr que la comunidad internacional asuma compromisos vinculantes y que, internamente, Colombia cumpla con su propia transición energética, en medio de tensiones políticas y sociales.
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