En este 26 de septiembre de 2025, festejamos los 154 años de la tabla periódica, una creación icónica del químico ruso Dimitri Mendeléiev, presentada en 1869. Más que una simple cuadrícula, esta herramienta revolucionaria organiza los elementos de la naturaleza y ha dejado una huella imborrable en la química, la física e incluso la cultura popular
En 2019, la ONU la honró con el Año Internacional de la Tabla Periódica por su 150 aniversario. ¿Quieres saber por qué sigue siendo tan relevante? ¡Sigue leyendo!
Un elemento químico es la unidad básica de la materia: átomos idénticos que no se pueden dividir en partes más simples mediante reacciones químicas. Desde las rocas hasta los seres vivos, todo está compuesto por ellos. Por ejemplo:
Un celular contiene aproximadamente 30 elementos, como el silicio en los circuitos o el cobalto en las baterías. El cuerpo humano, aún más complejo, incluye unos 59 elementos, desde oxígeno hasta trazas de selenio.
Hasta hoy, se han identificado 118 elementos, siendo los más recientes nihonio, moscovio, teneso y oganesón, confirmados en 2015. Ahora, laboratorios en Japón, Rusia, Alemania y EE.UU. están en una carrera para sintetizar los elementos 119 y 120, ¡un desafío que podría redefinir la química en 2025!
La Tabla Periódica: Una Guía Cósmica
La tabla periódica no es solo un cuadro; es un sistema que ordena los elementos según su número atómico (cantidad de protones), agrupando aquellos con propiedades similares en columnas llamadas grupos. Este diseño revela patrones que permiten a los científicos predecir cómo se comportará la materia, desde un laboratorio hasta una estrella lejana. Su influencia abarca disciplinas como la biología (explicando la base química de la vida) y la astrofísica (descifrando la composición de galaxias). Hoy, apps interactivas y modelos 3D la hacen accesible para todos, ¡incluso en camisetas y memes!
Un Origen Histórico: Del Caos al Orden
En el siglo XIX, con 63 elementos conocidos, los químicos debatían sin cesar cómo clasificarlos. Todo cambió en 1860 durante el Congreso de Karlsruhe, donde el italiano Stanislao Cannizzaro definió claramente el peso atómico (masa relativa de un elemento). Esto inspiró a tres mentes brillantes: William Odling, Julius Lothar Meyer y Dimitri Mendeléiev.
El ruso se llevó la corona con su tabla de 1869, publicada el 1 de marzo (17 de febrero en el calendario juliano ruso) bajo el título «Ensayo sobre un sistema de elementos basado en su peso atómico y afinidad química». Mendeléiev no solo organizó lo conocido, sino que predijo elementos aún no descubiertos, dejando espacios vacíos. Sus apuestas fueron un éxito: galio (1875), escandio (1879), germanio (1886) y tecnecio (1937) confirmaron su visión. Más tarde, Henry Moseley perfeccionó la tabla en 1913 al usar el número atómico como base.
Una anécdota divertida: se dice que Mendeléiev soñó la tabla, pero él lo negó, diciendo: “He trabajado en esto durante 20 años, no fue un chasquido de dedos”. ¡Eso es dedicación!
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Hacia el Futuro: ¿Elementos 119 y 120?
En 2025, la tabla podría crecer. Experimentos en Berkeley Lab y otros centros están usando haces de titanio para intentar sintetizar el elemento 120, lo que podría abrir una nueva fila en la tabla y acercarnos a la mítica “isla de estabilidad” de elementos superpesados. Aunque aún no hay confirmaciones, la emoción en la comunidad científica es palpable.
La tabla periódica es un testimonio de la curiosidad humana, un mapa que sigue guiándonos por el universo. ¿Cuál es tu elemento favorito? ¿El hidrógeno que alimenta las estrellas o el carbono que te da vida? ¡Cuéntanos en los comentarios! Comparte esta nota y únete a la celebración de este hito científico.
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